UNA APP MUY RARA


Creo que fue más o menos por 1930 cuando Ferdinand Porsche creó la Ing hcF Porsche Gmbh. Quería crear un coche pequeño y barato. Después de unos años bastantes inciertos, llegó el proyecto del Escarabajo y gracias a la ayuda de Adolf Hitler y de la alemania nazi la empresa consiguió sobrevivir a la guerra y convertirse, hoy en día, en una de las grandes empresas automovilísticas europeas con miles de coches vendidos, un puñado de fábricas, miles de trabajadores y un montón de cifras más.

Lo de Hitler y tal está en la historia de la compañía, no vayamos a pensar cosas raras y sigamos.

Sin olvidar, entre los miles, puñados y montones, una buen fajo de ganancias a repartir entre los accionistas.

Y entonces en 2013, llega el profesor Thompson, de la universidad de Virginia, y de la mano de la organización no gubernamental el “Internacional Council of Clean Transportation” realiza unas pruebas a varios coches de la compañía y descubre que las emisiones de gases contaminantes de los motores diésel no eran iguales que los suministrados por la compañía. Que con esos datos, el coche contaminaba un montón.

El profesor, extrañado, revisó los datos varias veces. Y le dijo al becario que volviera a poner el tubo de gases y que le diera caña al motor, que había que hacer otras mediciones. Y los resultados fueron los mismos. El coche contaminaba un montón y medio.

Y así nos enteramos que los genios de la Volkswagen habían colocado un programa bastante marrullero, que provocaba que cuando el coche estaba siendo inspeccionado rebajara sus emisiones de CO2. Os han pillado, colegas.

Y el resto de competidores de la industria a frotarse las manos, ya que la empresa alemana vendía un montón de coches, y encima se había caracterizado por anunciarse como una empresa limpia y responsable, muerte al efecto invernadero, vuestros coches ensucian y los nuestros no.

Y el director general dimite, la empresa pide perdón y prepara una buena hucha (un cerdito bien hermoso) para las indemnizaciones, demandas y demás marrones que están por venir.

Y mientras los inversores tuercen el gesto, a las personas que trabajan (o dependen indirectamente de la empresa) se les hace un inmenso vacío en el estómago, ya que por todo este escándalo, la compañía dice que va a recortar inversiones y va a despedir a una montaña de empleados.

Y todo porque en una reunión se decidió poner un programita para ahorrar costes… porque el coche perdía potencia al hacerlo más ecológico.
Y pasó todos los test y revisiones de todos los países donde se vendía. Y era el coche del año, y los países daban subvenciones para que la maquinaria siguiera rodando, los coches vendiéndose y los fajos repartiéndose.

¿Y nadie se dió cuenta del dichoso programita?

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